La Respuesta de Pablo Hawnser

¿Tienes la sensación de que esta Humanidad está llegando a su nivel de incompetencia?

¿Piensas que sería otro el futuro de nuestra civilización si todos migráramos nuestra atención hacia una mayor espiritualidad?

En los hechos está la respuesta, Gobiernos que no pueden más satisfacer a sus Pueblos, dirigentes de todos los niveles actuando como aves de rapiña, explotando todo para sí, sin siquiera tener un objetivo, juventudes en todo el Mundo con ganas de cambiar, pero sin saber hacia donde.

Quizá la verdadera respuesta sí esté en cada uno de nosotros mismos.  Quizá sí es cierto que el cambio viene de dentro, y que sólo modificando nuestra atención individual podremos lograr el cambio de todos.

Temas como estos, aunque no tocados directamente, se intersectan en este interesante libro del mexicano Pablo Hawnser, en cuyo relato de sus experiencias con seres de otro Mundo, nos pone un espejo ante el que hay que decidir:  ¿queremos seguir cómo vamos, directo a la destrucción?  o ¿realmente deseas cambiar en lo profundo de tu Ser hasta convertirte en un Supra Humano?

En su relato el Ing. Hawnser nos platica de su encuentro con un OVNI en la carretera que va de la Ciudad de Querétaro a la Ciudad de México, después de un día de trabajo.    El evento inesperado ocurre todavía con luz de la tarde, previo al anochecer, pero suficiente para poder apreciar que este objeto aterriza en un pequeño claro atrás de un grupo de árboles.  La curiosidad lo lleva a seguir al objeto, estacionarse y atestiguar que una nave de aspecto de platillo volador metálico se ha posado en el suelo, y que un par de seres «humanos» lo ven desde el mismo.

Tiempo después recibe una llamada telefónica en su oficina que lo inicia en un contacto que tiene una duración de muchos meses, en los que estos seres -provenientes del exterior- le confían una serie de datos acerca del origen del Universo, así como de muchas disciplinas.  De la misma forma relata cómo ha sido trasladado en diversas ocasiones dentro de la nave a otras partes de la Tierra, en segundos.   Asimismo relata los viajes que realizaron a otro planeta llamado Milburbek, donde tuvo la experiencia de convivir repetidamente con estos seres.

En el libro describe muchas de las enseñanzas que le fueron entregadas con el propósito de que sea un receptor de información universal, y con la tarea de diseminar este conocimiento entre el mayor número de gente que pueda:  información acerca del tamaño del Universo, el origen del mismo en el Big Bang y la información de que hubo -y continuamente hay- muchos más «Big Bangs».

El PARTON como la partícula esencial en la integración de la materia, la relación Mente-Espíritu, su encuentro en el parque nacional La Marquesa, cercano al poblado de Salazar (entre Ciudad de México y la Ciudad de Toluca), donde los extraterrestres le informan que los sentidos del espíritu son los llamados CHAKRAS, y que son centros energéticos que captan la energía cósmica en forma de quantas.   La mención en el libro del capullo áurico -campo magnético del alma- que rodea al Ser Humano, recuerda mucho la descripción del capullo energético que hace el indio yaqui Don Juan Matus a Carlos Castaneda.

¿El objetivo de todo ello?  informar que hay mucho más de lo que los seres humanos pensamos que existe, que hay organizaciones galácticas e inter-galácticas más avanzadas que nosotros en la Tierra.  De la misma forma, advertir que la forma en que llevamos nuestros asuntos terrestres puede no ser la más afortunada, y que hay un Universo de armonía pendiente de nuestros actos en este Mundo.

Interesante y a la vez fantástico, este relato puede poner a escépticos en el tono apropiado. Sin embargo, provoca las preguntas también pertinentes: ¿somos mejores de lo que hoy parecemos?  ¿Seremos capaces de reconocer nuestros errores y cambiar oportunamente?  ¿Necesitaremos verdaderamente de una mano amiga del exterior para darnos cuenta que nuestra forma de vida es destructiva?

Yo me quedo con la idea de Teilhard de Chardin de que al Hombre se le dieron sentidos para ESCRUTAR y ser testigo del Universo, desde lo más pequeño hasta lo más elevado.  Me quedo también con la eterna fuerza de Krishnamurti, en la que NO HAY QUE JUZGAR, sino cultivar el ESCUCHAR con toda tu atención, al 100% a tu interlocutor, me quedo con la sabiduría de Don Juan que nos trajo Castaneda, en la que el Ser Humano es un ser de Energía, que debe ser impecable, que no tiene autocompasión ni autoimportancia.

Puedes conocer más sobre el Ing. Hawnser y su libro en su sitio de Internet: http://pablohawnser.ning.com/